Una cerveza ale cremosa, con un cuerpo oscuro con reflejos rojos de alta fermentación. Cuerpo intenso. Un aroma dulce y afrutado, un sabor redondo y suave, una primera sensación agradable y relajante a la vez. Un final de boca ligeramente azucarado y delicadamente lupulizado, y unas notas de ciruelas rojas al final. Su degustación es delicada y placentera. Para los sibaritas amantes de las cervezas refinadas. Se bebe generalmente a una temperatura de entre 8 y 10º.
La Delirium Nocturnum se considera la hermana pequeña de la famosa Delirium Tremens, que le dio la fama a esta cervecera en activo desde 1654. Además, la Delirium Nocturnum se creó en 1999, con motivo del 10.º aniversario de la Delirium Tremens. La última novedad tiene un color rojo-marrón oscuro y se corona con una capa de espuma compacta y estable de color beige. De esta espuma se desprenden aromas a malta muy apreciables con notas a caramelo, a moka, a chocolate seguidas de toques afrutados y matices especiados de regaliz y pimienta. Una vez en el paladar, resulta muy maltosa con sabores complejos, a la vez torrefactos y amargos.
Barbãr Winter Bok Heredera de la receta original de la Barbar blonde de siempre y solo se produce en los meses de invierno, desde octubre a febrero. Presenta sabores a caramelo, especias y por supuesto a miel y evoluciona durante el de su consumo una gama muy amplia de aromas sorprendentes. Tiene características similares a la Barbar reforzados con sabor a fruta, malta y chocolate. Su ataque decidido y ligeramente ácido da paso inmediatamente a notas de malta y chocolate. El grado alcohólico está presente pero no es exagerado. El final es largo, afrutado, ligeramente picante y sin post amargor. Reencontrarnos con una bebida que los antiguos llamaban el Descanso del Guerrero.
Cerveza de color ámbar de fermentación alta, con una segunda fermentación en botella. Es elaborada con agua pura de manantial, con lúpulo Kent Golding y malta pálida. La cabeza delicada pero compacta de espuma se adhiere al vidrio como un velo de encaje de Brujas. Sorprende con sus aromas de malta, plátano, a “cuberdon” (un dulce típico belga, tradicionalmente con sabor a frambuesa), caramelo y chocolate en combinación con asado y ahumado notas aportadas por la levadura. Con un final largo y ligeramente amargo. .