Las cerveza rubia es el prototipo de cerveza por excelencia, pero existen muchos tipos muy diferentes, cada uno de ellos elaborados de una manera distinta o con una historia diferente detrás.
Cerveza de color ámbar de fermentación alta, con una segunda fermentación en botella. Es elaborada con agua pura de manantial, con lúpulo Kent Golding y malta pálida. La cabeza delicada pero compacta de espuma se adhiere al vidrio como un velo de encaje de Brujas. Sorprende con sus aromas de malta, plátano, a “cuberdon” (un dulce típico belga, tradicionalmente con sabor a frambuesa), caramelo y chocolate en combinación con asado y ahumado notas aportadas por la levadura. Con un final largo y ligeramente amargo. .
Cerveza de fermentación alta, elaborada según la tradición belga. Con segunda fermentación en botella. Burbuja fina y espuma densa y crremosa. El primer aroma revela frescura y un ligero olor a levadura, percibiéndose aromas a vinos y afrutados, con notas de lúpulo, un toque de manzana verde y tila. Intenso sabor, maltoso y un final con un toque a lúpulo y agradable amargor. Esta cerveza triple es sencilla y a la vez compleja: sencilla porque se deja acercar, descubrir fácilmente dejando un toque dulce en la lengua, rápidamente sepultado por una amargura que invade toda la boca; compleja porque honra como se merece a sus materias primas. que disparan sabores como si fueran cañones, a cuál más intenso. Gracias a la alternancia entre la amargura del lúpulo y la suavidad de la malta.