St Feuillien Triple cerveza tiene un vestido de color ámbar pálido que revela un carácter especialmente malteada. Está decorado con espuma blanca, suave y muy compacto. El rico aroma y ofrece una combinación única de lúpulo aromático, especias y olor típico de la fermentación, la fermentación muy fruitées.La en la botella le da un olor único, debido a la levadura. Su sabor es fuerte y excepcionalmente persistente se debe tanto a su densidad y su almacenamiento prolongado. Apetecible y refrescante en verano, invierno sabroso, se destaca como excelente por la degustación de cerveza. Potente, de lúpulo, afrutado, un maginifique Tripel Abbey.
Predomina la intensidad aromática y sabores característicos de los lúpulos utilizados. Poderosas notas cítricas, presencia de lima y retrogusto a pino y resina. A esta cerveza le acompaña una espuma abundante, fina y cremosa. Hopping con lúpulos Citra y Amarillo: adición extra de lúpulo en frío, directamente en el fermentador.
Maltas de cebada y trigo, levadura alemana de estirpe y lúpulo Simcoe en dry-hopping. Papaya y néctar tropical con toques de plátano y pimienta. Una golosina líquida con un paso por boca espectacular..
Blanca de Namur era la hija del Conde Jean De Namur, y sobre todo era una princesa, cuya belleza sólo era igualada por su refinamiento. La leyenda narra que Magnus IV Eriksson, Rey de Suecia y Noruega, fue seducido por la belleza de la joven princesa, mientras que iba de camino a Francia en busca de una esposa. Así, la joven Princesa siguió al Rey hacia sus tierras escandinavas y no volvió nunca más en su tierra natal. Como recuerdo de su belleza, su finura, y su dulzura, la Brasserie du Bocq decidió dedicarle una cerveza: La Blanche de Namur. Sus cualidades y el conocimiento de la cervecera belga le han permitido conseguir el premio de la mejor cerveza blanca del mundo (2009).
Hablar de Franziskaner es hablar de uno de los referentes alemanes de las cervezas de trigo. La popularidad de su Hefe-Weissbier Naturtrüb ha crecido a pasos agigantados en la última década a nivel internacional. Esta conocida cervecera, que comenzó a producir en Baviera ya en la Edad Media, sigue apostando por su tradicional receta bajo la escrupulosa ley de pureza de 1516. Y su etiqueta, un homenaje cervecero a aquellos franciscanos que en 1363 pusieron las primeras piedras en la historia de esta contrastada productora.