St Feuillien Triple cerveza tiene un vestido de color ámbar pálido que revela un carácter especialmente malteada. Está decorado con espuma blanca, suave y muy compacto. El rico aroma y ofrece una combinación única de lúpulo aromático, especias y olor típico de la fermentación, la fermentación muy fruitées.La en la botella le da un olor único, debido a la levadura. Su sabor es fuerte y excepcionalmente persistente se debe tanto a su densidad y su almacenamiento prolongado. Apetecible y refrescante en verano, invierno sabroso, se destaca como excelente por la degustación de cerveza. Potente, de lúpulo, afrutado, un maginifique Tripel Abbey.
Cerveza mezcla de licor de cereza que se usa en repostería y Kasteelbier Donker, lo que le da un carácter de cerveza eminentemente dulce. De color rojo profundo, crea una espuma densa y de color blanco rosado, que desaparece rápidamente. Con sabores afrutados y refrescantes, como consecuencia de la maceración del mosto con cerezas. Sabor suave, cuerpo blando y con una ligera acidez final.
La Satan Gold es una Pale Ale belga refermentada en botella y elaborada con maltas rubias, de ahí el carácter suave y afrutado que sobresale del amargor y de las notas especiadas. La cervecería De Block es un ejemplo de una fábrica pequeña y artesanal, donde la cerveza Satan se elabora a base de las mejores materias primas y con el verdadero calor del fuego, ya que literalmente las llamas de un horno de leña situado bajo la caldera, le dan su color y calor tradicional y humano.La Satan Gold, rubia-dorada, refleja en su apariencia el calor del fuego abierto de la caldera. Su aroma pleno y ligeramente ahumado combina con su sabor robusto, bastante seco, y con un toque de especias. Aunque parece una cerveza inocente, aquel que la prueba se queda convencido de su virilidad.
Hablar de Franziskaner es hablar de uno de los referentes alemanes de las cervezas de trigo. La popularidad de su Hefe-Weissbier Naturtrüb ha crecido a pasos agigantados en la última década a nivel internacional. Esta conocida cervecera, que comenzó a producir en Baviera ya en la Edad Media, sigue apostando por su tradicional receta bajo la escrupulosa ley de pureza de 1516. Y su etiqueta, un homenaje cervecero a aquellos franciscanos que en 1363 pusieron las primeras piedras en la historia de esta contrastada productora.